A todos nos ha pasado. En su momento decoramos un espacio y nos encanta, y al cabo de unos añitos, o incluso menos, nos damos cuenta de que o ha pasado de moda o simplemente nos hemos cansado de ver siempre los mismos colores, las mismas baldosas y el suelo de toda la vida. También puede pasarnos que hayamos alquilado un piso o comprado uno de segunda mano y pese a que todo nos encanta, ¡no podemos con las baldosas que le pusieron al baño!

Seguro que nos entendéis, ¿verdad? Y cuando esto pasa, es condición del ser humano ahogarnos en un vaso de agua. ¡Pues no! No sabéis lo fácil que es hacer un cambio radical en cuestión de horas. ¿Cómo? Os lo explicamos. 😉

En primer lugar, dependerá mucho del estilo de cada persona, de la luz que tenga el baño, de las dimensiones, de los materiales como por ejemplo si en la pared tenemos baldosas o pintura, etc… Por lo pronto, os recomendamos fijaros en baños que veáis navegando por internet, en televisión, en revistas o incluso ¡en casa de nuestra vecina! Es la mejor manera de inspiraros y ver qué os gusta y qué no, y por supuesto, qué posibilidades tiene en nuestro espacio.

 

Una vez ya tengáis una idea hecha en la cabeza (colores que os gustan, texturas, materiales, diseños, etc.), empezad a estructurar el cambio y sobre todo, a ordenar “step by step” los pasos que seguiréis.

Y es que a veces nos parece poco probable que podamos conseguir looks del estilo de los que vemos en revistas, pero nada más lejos de la realidad. Por supuesto que podemos, simplemente con un poco de maña y paciencia, ¡haremos obras de arte!

Así pues, ¿qué podríamos hacer para conseguir ese ambiente decorativo que tenemos en mente? ¡Muchísimas cosas! Os las enumeramos:

  • Poner un suelo vinílico y cambiar de forma radical esta zona del baño. Podemos utilizar el diseño para dar luz, modernidad o simplemente para equilibrarlo con el resto de elementos del baño.
  • Pintar las paredes. Es un recurso muy común, sobre todo en el caso de que tengamos azulejos en la pared y queramos darles “otra vida”, ya sea porque no nos gustan o porque simplemente no encajen con el resto de colores o diseños.
  • También podemos decorar una parte de la pared con azulejos vinílicos, o incluso cubrirla entera. En ese caso, tened cuidado con que combine perfectamente con el suelo, en caso de no ser neutro, y que no quede recargado.
  • Otro punto importante, forrar el armario con cualquiera de nuestros vinilos. En este caso también tendréis que vigilar con no recargar el baño, sobre todo si es pequeño, pero es una muy buena opción para que parezca que tenéis un armario nuevo.
  • Y por último, completar la decoración con vinilos de pared o láminas decorativas, ¡tenéis un sinfín de posibilidades!

¿Qué os parecen los cambios que nos han hecho llegar?

 

Ya sabéis, dad rienda suelta a vuestra imaginación, y una vez tengáis claro qué os gusta, buscad un fin de semana y poneros manos a la obra… Una vez hecho el cambio, ¡no querréis salir del baño! 😉

 

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